Gato cardenal
Nosotros, los seres humanos, tenemos una extraña obsesión con vestir a nuestras mascotas y fingir que son como nosotros por un rato. Casi que haríamos cualquier cosa por quitarles sus características animales e instintos solo para poder hacerles una linda sesión de fotos con nuestras cositas favoritas.
A pesar de que este gato no puede ver porque sus ojos estás cubiertos, estamos seguros de que está odiando cada segundo de ese paseo en cochecito. No solo está sentado en un cochecito en un estado casi de ceguera, sino que también está usando un disfraz de sumo sacerdote que tiene patas de perro. Por lo menos deberías haberle comprado un disfraz para gato.