Pésimo orador
Recuerdo una vez que trabajaba en una oficina y un compañero siempre me hablaba con desdén, como si yo no supiera lo que hacía. Era como si pensara que él era el único que podía hacer algo bien y que yo solo estaba allí para traerle café y archivar papeles. ¿Alguna vez te ha pasado algo así?
Un día, estábamos trabajando juntos en un proyecto y volvió a hacerlo. Así que, ¡simplemente me harté! Le dije que quizás yo no tenía tanta experiencia como él. Aun así, pude entender de qué hablaba y contribuir al proyecto de forma significativa. ¿Y sabes qué? ¡Funcionó! Así que, si te toca un compañero de trabajo sabelotodo, debes saber que las cosas pueden salirte bien.