Gaseándolo todo
Según estadísticas recientes sobre el lugar de trabajo, hay un 99,9% de probabilidades de que, en algún momento de tu carrera, tengas un compañero de trabajo que se tire más pedos y eructos que un chico de fraternidad después de una fiesta. Y déjenme decirles que tengo uno de esos colegas ahora mismo, pero no diré nombres: llamémosle “señor caga-mucho”.
Este tipo podría vaciar toda una sala de conferencias con un solo silencioso-pero-asesino. Y en cuanto a los eructos, digamos que, si alguna vez nos quedamos sin bebidas gaseosas, podríamos aprovechar su sistema digestivo. Pero tratemos de ver el lado positivo: ¡al menos no ronca!