Oro flotante
El ser humano lleva miles de años utilizando subproductos animales en su vida cotidiana. Este tiene que ser uno de los más raros. El ámbar gris es una sustancia cerosa de gran valor que es esencialmente “vómito de ballena”. Esta sustancia se forma en los intestinos de los cachalotes y, cuando la ballena la segrega de forma natural, llega a la costa para que los humanos la recojan con avidez. Qué asco.
Desde la antigüedad, el ámbar gris ha sido un subproducto animal muy valioso. Fue utilizado como incienso por los antiguos egipcios, medicamento durante la Edad Media en Europa e incluso alimento popular entre la realeza británica. Se comenta que al rey Carlos II le encantaba desayunar unos huevos con ámbar gris por la mañana. Incluso hoy en día seguimos utilizando ámbar gris recolectado de forma natural (sin caza furtiva de por medio). Este recurso se sigue empleando para crear muchas fragancias de almizcle y cigarrillos perfumados.