No puedes sentarte con nosotros
Aquí tienes otra inofensiva historia de karma instantáneo que te hará sonreír. Podemos reírnos de esta historia porque a este tipo no le pasó nada demasiado grave: solo se cayó de la silla, se derramó la comida encima y se sintió un poco humillado delante de un grupo de desconocidos. Estoy segura de que pudo recuperarse y superar ese incidente en poco tiempo.
Sin embargo, espero que le haya servido de lección. No escuchamos esta historia desde la perspectiva del bravucón, así que no sabemos si lo ve como un acto de karma bien merecido. En cualquier caso, nos alegramos de que esta narradora haya sido testigo de esta retribución kármica y se sienta mejor con todo el asunto. Era demasiado pequeña para defenderse, ¡así que el universo lo hizo por ella!