Ocurrió un milagro
En una mañana tranquila, mientras Jean rebuscaba en las cajas que aún no se habían tocado desde la mudanza, clasificó los objetos en categorías de conservación, descarte y donación. Entre un montón de documentos, le llamó la atención un sobre sin abrir, con su nombre garabateado en la letra vacilante de Lou. La escritura mostraba los signos reveladores del declive de su motricidad, evidente en las últimas semanas de su vida, lo que indicaba que fue escrita cerca del final. Jean se preguntaba por su existencia inadvertida hasta ahora, maravillada por el descubrimiento de las últimas palabras que Lou le dirigió, ocultas hasta este momento fortuito.