Estaban unidos
En las semanas siguientes, el barrio experimentó una gran transformación en una comunidad muy unida, un cambio catalizado por la determinación de Jean y la fuerza unificadora de las cenas comunitarias. Los vecinos, que antes la miraban con desdén, se convirtieron en amigos queridos, y el patio trasero de Jean se convirtió en el centro palpitante de la comunidad. Los residentes colaboraron, ayudaron con la parrilla, pusieron mesas de picnic y contribuyeron con comidas compartidas. Las risas y la alegría se apoderaron del ambiente, como testimonio del profundo impacto de los esfuerzos de Jean. Su iniciativa no solo había alterado el tejido social del barrio, sino que también había enriquecido sus vidas con un nuevo sentimiento de camaradería y pertenencia.