Sus palabras los conmovieron
Al oír las sinceras palabras de Jean, los vecinos se dieron cuenta de su crueldad y sus juicios. Les invadió un profundo arrepentimiento por su conducta anterior: el ridículo y la dureza habían sido tan injustos como dolorosos. Individualmente, se acercaron a Jean, ofreciéndole sinceras disculpas por sus acciones. La emoción se apoderó de ella y las lágrimas no brotaron de la tristeza, sino de una sensación de alivio y pertenencia. Este momento marcó un cambio significativo tanto para Jean como para sus vecinos, y forjó un camino hacia la comprensión y el respeto mutuos.